- El nuevo ascensor espacial trabajará con energía proveniente de fuentes naturales, por lo que no será contaminante.
- Los científicos afinan detalles para enviar dentro de seis días los materiales con los que será ensamblado el ascensor en el espacio.
Un grupo de científicos japoneses pertenecientes a la Universidad de Shizuoka probará una versión miniatura de un ascensor espacial que mide tres centímetros de ancho por seis de largo, el cual se trasladará por un cable de 10 metros desde un satélite a otro.
El próximo 11 de septiembre el cohete H-2B saldrá desde la base de Tanegashima, ubicada al sur del archipiélago japonés, con los materiales del miniascensor espacial, para iniciar el proceso de pruebas.
El monitoreo del comportamiento del nuevo ascensor se llevará a cabo a través de cámaras instaladas en ambos satélites. La proyección de los investigadores es lograr a futuro el traslado de cargas al espacio de una forma más ecológica y económica.
Una de las ventajas que tendría la activación de un ascensor espacial es el hecho de que ayudaría a reducir los costos de los traslados de cargas que se realizan actualmente por medio de cohetes. Además no sería contaminante, en vista de que no requiere la quema de combustible.
La idea plasmada en diversas películas de ciencia ficción ya no parece tan descabellada, pues los científicos japoneses parecen estar dispuestos a apostar por alcanzar un objetivo histórico: el traslado fácil y efectivo de hombres y cargas desde la tierra hasta el espacio.
Por otra parte, la empresa Obayashi, dedicada a la construcción japonesa y colaboradora del equipo de Shizuoka, está analizando la posibilidad de diseñar y construir un ascensor espacial para trasladar personas con fines turísticos en el año 2050 aproximadamente.
La forma como esta compañía pretende que trabaje dicho ascensor es por medio de un cable muy resistente construido con nanotubos de carbono, por el que se trasladaría la cabina en un tramo de 96.000 km de largo.