Felipe Osiadacz y Fernando Candia, chilenos detenidos en Malasia por la muerte de Yusaini Bin Ishak se han declarado culpables del hecho luego de un año y tres meses detenidos en Kuala Lumpur.
Los jóvenes aceptaron una nueva oferta de la fiscalía en la que se redujo la calificación de los cargos de homicidio a homicidio culposo.
De acuerdo con información de La Tercera, el tiempo que llevan encarcelados se sumará a la condena, por lo que podrán quedar en libertad en un máximo de nueve meses.
De hecho, podría darse una rebaja de un tercio de la condena por buena conducta, lo que significaría una salida en alrededor de un mes.
Luego de las exposiciones de la defensa y de los acusados, al conocerse el acuerdo, el juez de la causa dictó una sentencia de dos años de presidio.
Fue un momento dramático que motivó el llanto entre los jóvenes, que han soportado 15 meses de incertidumbre, los cuales pasaron en el penal de alta seguridad de Sungai Buloh.
En la audiencia, la abogada de los chilenos, Venkateswari Alagendra, expuso las pruebas de la defensa y compendió los relatos de sus representados y los hechos narrados a lo largo del juicio.
En su exposición reiteró que la muerte de la víctima se produjo cuando ella atacó a los jóvenes, que solamente se vieron obligados a defenderse sin intención de matarla.
La abogada también refirió otros casos similares que recibieron penas menores, como multas o seis meses de presidio, y de casos aún más comprometidos que el de sus defendidos, que tuvieron penas de cinco años.
“No somos criminales, somos buenas personas, nunca hemos atacado a nadie, fue un accidente”, afirmaron Felipe Osiadacz y Fernando Candia cuando subieron al estrado.
Insistieron en que tanto en Chile, como en Australia y Nueva Zelanda, países donde han vivido, nunca tuvieron ningún problema legal.
Visiblemente consternados, pidieron perdón a la familia de la víctima, defendieron su inocencia y agradecieron la recalificación del cargo.